Oriente Medio vive una de sus semanas más críticas en años, luego de que Estados Unidos se sumara a la creciente escalada de violencia entre Irán e Israel, atacando instalaciones nucleares clave del régimen iraní. La ofensiva, ejecutada en el día 11 del conflicto abierto entre ambos países, ha provocado un nuevo capítulo de tensión internacional.

EE. UU. ataca instalaciones nucleares iraníes
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó que el ataque a las instalaciones nucleares de Irán fue exitoso y causó “daños monumentales”. La acción, llevada a cabo en estrecha coordinación con las fuerzas israelíes, representa una nueva fase del conflicto, marcando la intervención directa de Washington en una disputa que ya ha cobrado numerosas víctimas en ambos bandos.

Irán promete represalias
En respuesta, Irán advirtió que tomará represalias “proporcionales y estratégicas”. Fuentes militares en Teherán no descartaron ataques contra bases militares estadounidenses en Oriente Medio, especialmente en Irak, Siria, Catar y Bahréin, o el posible cierre del estrecho de Ormuz, por donde transita cerca del 20 % del petróleo mundial.
Expertos internacionales consideran que el cierre de esta ruta marítima podría desencadenar una grave crisis energética global, afectando el precio del crudo y generando consecuencias económicas de gran escala.

Respuesta iraní: un ataque fallido, según Trump
Horas después del bombardeo estadounidense, Irán lanzó 14 misiles balísticos hacia una base militar estadounidense en Catar. Sin embargo, según el presidente Trump, “13 de ellos fueron derribados y uno se desvió de su curso”, lo que impidió que causaran daños significativos.
“Irán ha respondido oficialmente a nuestra destrucción de sus instalaciones nucleares con una débil respuesta, la cual esperábamos y que hemos contrarrestado efectivamente”, escribió Trump en su red Truth Social. Agregó que “casi ningún daño fue hecho” y agradeció a Irán por “alertar a tiempo”, lo que —según sus palabras— evitó la pérdida de vidas.

Alerta máxima en la región
La situación mantiene en vilo a la comunidad internacional, con organismos como la ONU y la Unión Europea llamando a la contención y al diálogo urgente. Mientras tanto, en Washington, el Congreso debate el alcance de la intervención militar estadounidense y sus posibles consecuencias a largo plazo.
Por su parte, los mercados internacionales ya muestran señales de volatilidad. El precio del barril de petróleo Brent ha registrado un alza superior al 8 % desde el inicio de la ofensiva estadounidense.

¿Qué sigue ahora?
Con Irán advirtiendo nuevas acciones, Israel en alerta máxima, y Estados Unidos defendiendo su intervención militar, el mundo observa con preocupación los próximos movimientos de estos actores. La pregunta es clara: ¿estamos al borde de una guerra regional con impacto global?